La miraba con ojos suplicantes deseando que fuese la última ahuja o por lo menos que no le pusiese más en los pezones, que las pusiese en otra zona de su cuerpo.
A decir verdad, preferia no mirarlos, las había dejado de contar en la sexta ahuja, no recordaba que le hubise puesto tantas en otras ocasiones. Se las había puesto, pero no todas en la misma zona.
Ya casi no lo soportaba.
Sus pezones, estaban hinchados y doloridos; el menor roce de sus dedos y no podía evitar contraer todo el cuerpo, en un intento infructuoso, por evitar o intentar mitigar el dolor.
Mientras tanto la cera seguía cayendo, iba goteando, primero una gota que acariciaba sus muslos y bajaba por sus piernas, luego la que se derramaba por su torso, que ya goteaba en sus costados.. Eso no por no hablar de la cera que empezaba a llegar ahora a sus huevos..
Claro, ahora comprendía el motivo por el que esa vela era distinta.. tardaba más en rebasar el borde, pero ahora fluía con más rápidez que las otras.
Se removía inquieto, mientras apretaba con fuerza la canica y la miraba esperando ver en ella algún rastro de cansancio.
- Te veó algo inquieto, creo que te daré un pequeño descanso -dijo sonriendo.
El la miró asustado, e intentó negar con la cabeza, moviendola lo poco que le permitía hacerlo su collar.
Sabía bien, lo que significaba un descanso, pero no quería hacer nada que pudiese enfadarla; y de todas formas no podía hacer prácticamente nada.
- Tengo sed, hace algo de calor aquí - dijo abriendo una Cola y bebiendo un buen trago.
- ¿Tienes sed?.
- ¿Tienes sed?.
El negó vigorosamente con la cabeza, no podía apenas moverla pero hizo un esfuerzo intentanto evitar lo inevitable.