Hace muchisimo frio, espero no tener que estar mucho rato afuera, o me quedare tieso de frío.
Sintió el frio de las esposas al acariciar sus tobillos, para a continuación cerrarse con fuerza apretando sus tobillos.
- ¿Son realmente necesarias?. Sabe que no osaria desobedecerle ni hacer nada que le molestase.
- Por supuesto que no lo haras.
- Manos a la espalda.
- Lo siento mucho, no pretendía molestarle.
- Por supuesto que no lo haras.
- Manos a la espalda.
- Lo siento mucho, no pretendía molestarle.
Le esposó ambas muñecas a la espalda con fuerza, y sin molestarse en contestarle, lo condujo fuera del cobertizo, casi a rastras, iba trastabilleando e intentando no caerse.
Apenas si podia caminar, debía dar pasos muy cortos, y a cada nuevo paso las esposas le daban un fuerte tirón a sus tobillos recordandole como debía andar.
Prefirió mantenerse en silencio e intentar hacer lo que le pidiese, estaba asustado ante la incertidumbre por lo que le iba a suceder, y tenia mucho frio.
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