Un poco de música..

jueves, febrero 04, 2010

LA CASONA - SUDOR FRÍO..



Ahora mismo preferiría casi tener puesto el molesto antifaz, precisamente las ahujas no es que sean lo que mas me atrae del sado..

Pero sé que a ella le encantan, basta ver el brillo de sus ojos, su sonrisa, la delicadeza con la que las coge una a una sin prisa, como si el tiempo se hubiese detenido.

Y luego, su forma de clavarlas, casi con delicadeza, atravesando la piel con suavidad, para luego, y eso es lo peor de todo, removerla buscando su lugar, para volver a atravesar de nuevo la piel y salir fuera de mi piel el extremo de la ahuja.

Esas malditas ahujas, cielos.. Si tan siquiera se conformase con poner unas pocas, y no se concentrase obstinadamente en las mismas zonas..

- ¿Estás sudando?. Si ni siquiera he empezado. ¿Tienes calor?. Igual debería de abrir un rato la ventana.. - Dijo mientras le sonreía burlonamente.

- No mi ama, no tengo nada de calor, gracias.
- En tal caso, empezaré.. no voy a entretenerme toda la tarde, y además tu necesitas descansar todo lo cómodo que puedas.
- Si mi ama, como desee.

Cogió la primera de las múltiples ahujas de que disponía, y se le acercó, el la miró asustado y desvió la mirada.

La ahuja atravesó la piel de su pezón sin la menor resistencia y salió al otro lado, dejando una fina gotita de sangre resbalar sobre su piel.

Cuando apenas se había recuperado de la primera ahuja, otra ahuja atravesó el mismo pezón, desde otro ángulo, para ir a salir en otra dirección.

Varias ahujas después, todas ellas atravesando el mismo pezón, se detuvo un momento y le miró.
Tenía los ojos llorosos y varias lágrimas rodaban por sus mejillas, pero no osó protestar. La miró sorprendido de que se detuviese.
- Se me apetece una Cola. ¿Tienes sed?.
- Si mi ama, como mi ama diga.

Tengo el pezón echando chispas, y ni siquiera gastó la mitad de las ahujas. Prefiero no pensarlo.. una cosa es verle poner las ahujas en el pezón, pero..
Cada vez que pienso, que le falta el otro pezón, me pongo malo..

Ni se siquiera cuantas ahujas me clavó.. Cuando iba por la octava preferí cerrar los ojos un rato e intentar evadirme de lo que sucedía.
Mierda, odio las malditas ahujas..

El sonido de la puerta al abrirse, le sacó de sus pensamientos, para su sorpresa traía dos Colas.
Una de dos, o no bebo, o mucha sed tiene. Raro me parece que no me traíga cualquier otra bebida para mí. Y sin embargo estaría tan rica una Cola..

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