Un poco de música..

viernes, marzo 19, 2010

LA CASONA - EL ENCUENTRO..


Y ahora el dildo funcionando a tope.. Si por lo menos me dejase descansar cinco minutos. Pero no, no pienso pedirselo, eso solo conseguiría acelerar aún más la sesión. Y ya va demasiado rápido y brusca..
Recuerdo aquel día, como si fuese hoy.

Una fría mañana de primavera, mis pasos apresurados temiendo llegar tarde y que no estuviese esperándome, aquella cafetería que aunque tranquila, se empezaba a llenar de gente.

Normal por otra parte a la hora del pincho, todos pidiéndole al camarero: bocadillos, bollería, cafés, tés, chocolates, refrescos, cervezas..

Mientras yo me tenía que conformar con un triste botellín de agua. Solo agua con unos sobrecitos de azúcar.
Y para comer, tan solo un par de yogures.. Era lo único que me permitía tomar..
El resto del día igual, la misma empalagosa bebida.

Me hubiese comido cualquier pincho del hambre que tenía.
Y entonces llegó ella, con sus vaqueros elásticos, su camiseta ajustada, y su cazadora de piel..

Sé que nunca se fijará en mí de esa forma, pero.. su mirada, su voz, inclusive cuando lo único que hace es reprender mi comportamiento, y que decir, cuando su piel acaricia mi piel, a veces con el único proposito de verme ponerme a mil, bajo el suave roce de las yemas de sus dedos, para a continuación y justo cuando menos me lo espero, clavarme una ahuja.

Multiplicando mis sensaciones como solo ella sabe hacerlo.
Recuerdo que mi estómago rugía sin parar, y ella llegó y tuvo la genial idea de pedirse un refresco y dos pinchos.

Yo miraba los pinchos.. con el hambre que tenía, y ella mientras tanto, charlando tranquilamente, mientras.. poco a poco se iba comiendo el pincho.

Yo comiendome el otro con la mirada, y debiendo conformarme con beber un poco de aquel agua asquerosamente dulce.

Y aguantar las miradas socarronas del camarero, que no entendía, y seguro que a día de hoy, sigue sin entender el porque le había pedido una botella de agua y cuatro sobrecitos de azúcar.
puaj.. puaj.. que mal sabía.

Y sin embargo, ahora mismo me parecería poco menos que un manjar.
¿Pero que leches estoy bebiendo?. ¿Como puede saber algo tan mal?. Puaj..
Tengo que terminarme esto, por mal que sepa, mis costillas no soportarán demasiadas negativas o pausas.

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