Pues claro que no va a oír la menor protesta.. Si estoy a mil, y además con la mordaza ajustada difícil que pueda decir nada...
- Hay que ver.. Eres muy descuidado. ¿Como has podido volver a mancharte?. - Dijo riéndose mientras le daba un latigazo en sus embarrados pies.
- mmmm - Protestó a través de la mordaza.
- Silencio.. Será mejor que me ocupe de que no te ensucies.. - Dijo mientras se sacaba del bolsillo una caja de chinchetas.
- Te gustará, estoy segura de que nunca has caminado mas cómodo.. - Dijo riéndose mientras soltaba las cadenas que aprisionaban sus tobillos.
Uy.. uy.. Espero estar equivocado, pero.. O mucho me equivoco o se le ha ocurrido un buen castigo. Preferiría que me siguiese azotando con el látigo. Maldita sea, porque habré tenido que quejarme..
- Te hacen falta unos bonitos calcetines. - Dijo mientras le quitaba la mordaza.
- Si mi ama, como desee.
- Y como no, un calzado adecuado. No querrás lastimarte en los pies, ¿verdad?. - Dijo riéndose mientras le ajustaba unos zapatos y los cerraba con sendos candados.
- Como mi ama diga.
- Bueno, por hoy no te castigaré mas, te hace falta un buen descanso. - Dijo riéndose mientras le soltaba las muñecas de las argollas y le esposaba las muñecas hacia delante.
- Si, mi ama. Gracias mi ama.
- Vamos, camina mas deprisa. No me hagas perder el tiempo.
- Si mi ama, como desee.
Ostias.. Ostias con las calcetines del carajo.. Parecen mas bien un puñetero alfiletero. Que digo alfiletero.. Están repletos de chinchetas.. Joder.. Joder, y aún pretende que camine deprisa.. Uffffffffff
- ¿Se puede saber porque caminas tan despacio?. - Dijo mientras le daba un latigazo en las nalgas.
- Lo siento, mi ama, intento ir todo lo deprisa que puedo.
- No tienes prisa, no te moverás de aquí hasta que estas escaleras estén relucientes. - Dijo mientras le mostraba las escaleras de piedra aún embarradas.
- Si mi ama, como desee.
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