Uf.. estos malditos calambrazos. Ahora mismo preferiría cualquier otro castigo, y para colmo el huevo, ostias.. como se rompa..
No, no puedo dejar que se rompa, creo que me saldría hasta la primera papilla como tuviese que comerme eso y encima con cascara. Francamente, por más que pienso no se me ocurre nada que pudiese saber aún mas asqueroso que esto..
Abrió el microondas y dentro había un pollo asado pequeñito pero con un aspecto delicioso, lo colocó tal cual estaba en la bandeja y se apresuro a llevárselo.
- Ahora pon la freidora a calentar un par de minutos y vuelve aquí a trinchar el pollo, rápido que no tengo todo el día.
Asintió aún con mas cuidado que antes y se dirigió a toda prisa hacia la cocina, hizo lo que le había pedido y se fijó en la cestilla..
Oh, cuantas patatas fritas.. sí que debe de tener hambre. Pero muchísima hambre, aunque sea un pollo pequeño no sabía que comiese tanto, un pollo y.. probablemente una fuente de patatas..
De pronto, notó un tirón fuerte en su cadenita y se encogió un segundo intentando en vano, proteger sus testículos. Corrió a toda prisa y se paró junto a ella.
- ¿Se puede saber porque has tardado tanto?. ¿Están friendo ya mis patatas?.
El negó con la cabeza y se la quedó mirando sin saber que hacer.
ufff, ¿Cómo se supone que podría contestarle?.
No tengo forma de explicarme, mierda.. Esto no le va a gustar, parece de nuevo enfadada.
- A cuatro patas y rápido. - Dijo mientras le miraba enfadada y cogía el látigo.
El latigazo en plenas nalgas fue tan fuerte que le pilló desprevenido y rompió el huevo, intentó mantener la boca cerrada, pero se le resbaló por las comisuras de los labios parte del huevo, y la miró asustado.
- ¿Que te había dicho de romper el huevo?. - Dijo riéndose.
- Lo siento mucho mi ama, no lo volveré a hacer, perdóneme y permita que no me lo coma, por favor, mi ama, por favor. - Dijo mientras la miraba con ojos suplicantes.
- No hay problema, ve a por papel de cocina, para limpiar este desastre y trae un vaso, lo necesitarás.
- Oh, muchas gracias mi ama, se lo agradezco mucho.
- Ahora mismo se lo traigo, mi ama.
Subió la potencia al 8, medio encogido se dirigió a la cocina e intentó traer las patatas y el vaso en la bandeja sin que se le cayese nada.
Consiguió que no se le cayese y la miró extrañada cuando le dijo:
- Siéntate en esa silla - Dijo sonriendole con maldad.
- Si mi ama, como desee.