Odio este maldito cinturón.. Ya casi no puedo mas, si no lo tuviese puesto me habría corrido al menos tres veces.. Así lo único que consigo es ponerme a mil, sin tener ninguna forma de descargar la tensión.. Y mientras tanto la cera sigue cayendo gotita a gotita justo sobre mis pobres huevos..
Uffffff, espero que por lo menos no me haya escuchado chillar.. Se que no le gustaría nada que la desobedeciese, pero.. Ahora mismo maldigo al que inventó el jodido dildo.. Para colmo es imposible que deje de vibrar en toda la noche, ni siquiera es de pilas..
Joder con los calambrazos.. ufffffffffffffffffff
Al rato escuchó ruido en las escaleras, y se estremeció..
Joder.. Joder, no me había fijado en que la puerta estaba entreabierta.. Mierda, seguro que estará enfadada.. Espero que al menos no piense en aumentar el castigo..
- No se te puede dejar solo ni un par de horas. - Dijo desde el quicio de la puerta.
- Perdóneme, mi ama. No pretendía molestarla.
- Tan solo faltaba que lo hicieses para cabrearme.. - Dijo enfadada.
- No, mi ama. Le ruego sepa disculpar mi comportamiento, no pretendía incomodarla.
- No te preocupes, pronto estarás tan cómodo como mereces.
- Si mi ama, como desee.
- Para empezar te hace falta una buena mordaza. - Dijo mientras se la ponía.
Mierda.. Se ha enfadado aún mas conmigo que por lo del barro..
Joder, joder, joder.. Esas pinzas no.. No aguantaré esas pinzas, con tantos calambrazos, mas que clavadas, me las voy a incrustar.. uffffffffffffffffffff
- Mmmmmmmmmmmm - Chilló a través de la mordaza.
- Me alegro de que te gusten tus pinzas, que las disfrutes. - Dijo riéndose.
- Trata de relajarte. - Dijo mientras salía de la habitación.
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