- Nada.. así es imposible conciliar el sueño. Lo más que puedo hacer es apoyar las costillas contra el borde de la cestita. Mira que son malas estas cestas de mimbre, con lo cálido y bonito que se ve, y lo puñeteramente aparatosas que resultan.. A ratos parece que se haya convertido en cemento.. Mierda de cesta..
Y claro.. Al dildo no se le terminan nunca las pilas.. Ya tiene mala leche, siempre lo pone a tope, y salvo una vez que se salió la tapa y salieron las pilas despedidas el resto del tiempo aguantan toda la noche sin inmutarse.. Seguro que si fuese la batería del móvil y necesitase hacer una llamada urgente, se apagaría sin dejarme siquiera marcar, pero no.. Las pilas del dildo son eternas..
Un rato después escuchó la puerta chirriar y la vio llegar.
- Me parecía que te encontraría despierto. Y mira que estás cómodo..
- Si mi ama, lo estoy, gracias mi ama. - Balbuceó
- Te hace falta refrescarte un poco. - Dijo mientras le aflojaba un poco el bocado, lo justo para que alcanzase el plato de comida para perros y el cuenco con agua.
- Oh, muchas gracias mi ama.
- Te voy a refrescar un poco, se te ve con demasiado calor. - Dijo al ver su polla comprimida por el cinturón de castidad
- Si mi ama, como desee.
- Túmbate quietecito y apoya la cabeza en tu cestita, ahora alcanzará la cadenita, ya lo verás.
- Si mi ama, como guste.
Nooo. No puede ser.. Por si no tuviese ya bastante frío.. Me está regando con agua helada. La erección bajará, sin duda alguna. Pero me voy a quedar tieso.. Uffffffffff. Eso por no hablar del pequeño detalle de la tierra.. Que asco.. Me voy a llenar de barro entero..
- ¿Estás cómodo?.
- Si mi ama, como desee.
- Estaba segura de que te encantaría tu regalo. Te estaba haciendo falta refrescarte un poco. Te sentará de maravilla.
- Si mi ama. Gracias, mi ama, me gusta mucho mi regalo.
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